El marketing es una disciplina dinámica y está en constante evolución. No existe una estación de llegada, un lugar al que llegar y poder decir “ya está, hemos conseguido el umbral de la perfección”. Y esto sucede porque el marketing depende en gran parte de dos elementos que se encuentran en transformación constante: la sociedad y la tecnología. Si la sociedad está en evolución y la tecnología nos permite llegar a la sociedad a través de cada vez más vías, el marketing ha de estar siempre cambiando.
Entonces, ¿hacia donde va el marketing?. Pues depende. (click para seguir leyendo)